El cambio climático y sus drásticas consecuencias sobre las personas, su vida de relación y las actividades productivas  ya no deja lugar a dudas. No se puede seguir ignorando los pronósticos científicos que nos anuncian que la irresponsabilidad de no adoptar medidas a nivel global, ocasionara un daño difícil aun de imaginar.

Los gobiernos de los países podrán demorar en asumir las consecuencias que el legado del uso dispendioso de los recursos de la tierra de los últimos dos siglos,  nos ha generado,  pero la población y los científicos cada vez dudan menos y son activos participantes en las decisiones.

Vemos que de a poco las propias empresas a nivel internacional van asumiendo que será irreversible el perjuicio global si no se hace algo de manera enérgica, rápida y seria.

Y la gran herramienta es reducir las emisiones de CO2 producido por el uso de combustibles fósiles. Entonces el reemplazo de fuentes de energía en todos los ámbitos es un desafío imperioso. Hay que aspirar dentro de este siglo a lograr un balance neto igual a cero, muy difícil por cierto,  pero seguramente asistiremos en los próximos años y décadas a muy fuertes inversiones detrás de este objetivo. Estimaciones científicas muy bien fundadas dicen que no debe ser más allá de 2050 el límite para alcanzar ese objetivo.

Argentina no estará ajena a este escenario. Los avances que se verificaron en los últimos anos en materia del uso de Energías  Renovables producto de la sanción por unanimidad en el Congreso de la Nación de la ley 27.191 ha significado que por primera vez en el país se desarrollen proyectos de magnitud en la materia. A los beneficios del reemplazo de energías contaminantes por energía limpia y a la mejora de la  balanza de pagos al reducir importación de combustibles en el mediano plazo, hay que  agregar a partir de ahora un mayor valor industrial y de conocimiento en la explotación de los recursos renovables, mediante la consolidación de una industria nacional eólica. En  NRG PATAGONIA estamos impulsando y trabajando en ello.